Si aún no sabes qué es la Economía Circular, te invitamos a leer este blog donde te explicamos de forma muy sencilla de qué va este término que propone un cambio en nuestros modelos de producción y consumo, para hacerlos más eficientes y cada vez depender menos de la extracción de materia prima virgen. Desde esta perspectiva, se habla de lo que se ha popularizado como las “3R”: reducir, reutilizar, reciclar.
En ese orden, esta economía propone reducir al máximo la extracción de materia prima virgen de entornos naturales, reutilizar en lo posible los materiales ya existentes y producidos, y por último, reciclar. Pero, ¿en qué se diferencian estos dos últimos?
RECICLAR Y REUTILIZAR NO SON SINÓNIMOS
Aunque son conceptos que pueden estar relacionados, a nivel técnico y en materia de gestión de residuos hablar de reutilizar no es lo mismo que de reciclar.
RECICLAR: se refiere al proceso de recolección, procesamiento y transformación de materiales usados o desechados en nuevos productos. El reciclaje implica necesariamente un proceso de transformación físico-químico del material, de descomposición o transformación de los materiales originales para crear nuevos productos o materias primas.
Si tomamos como ejemplo el reciclaje de papel, este implicaría recuperar el papel usado, procesarlo para eliminar impurezas y fibras dañadas, y luego convertirlo en un nuevo papel u otro producto.
REUTILIZAR: cuando hablamos de reutilizar en cambio, hacemos referencia al acto de utilizar con un nuevo fin un objeto o material, sin que haya pasado por un proceso de transformación físico-químico. Esta práctica busca darle una segunda vida al objeto, evitando su descarte después de su primer uso pero sin someterlo a ningún proceso extra.
¿POR QUÉ LA ECONOMÍA CIRCULAR PRIORIZA LA REUTILIZACIÓN FRENTE AL RECICLAJE?
Desde la lógica de la Economía Circular, generalmente es preferible la reutilización al reciclaje porque la primera requiere de menos procesos después de su recuperación postconsumo, y por ende, hay mayor aprovechamiento y eficiencia de los recursos ya existentes.
Un ejemplo ideal para ilustrar esto son las botellas de cerveza: Si tenemos un six pack de cervezas de botellas de vidrio desechables, el material es reciclable sin duda, pero para garantizar que de hecho sí se recicle es necesario varios procesos previos, empezando por la recuperación desde la fuente y el traslado a las empresas procesadoras del material (que no siempre funcionan en países latinoamericanos), incluyendo procesos físico-químico de transformación; en cambio, si utilizamos las botellas retornables (como las de litro, que generalmente se retornan en los establecimientos) ese envase va a ser fácilmente reutilizado después de un proceso de lavado.
En ese sentido, la retornabilidad es una práctica que facilita reutilizar ciertos materiales, por eso es importante promoverla para fomentar una Economía Circular.
RECIVECI GESTIONA Y FOMENTA SISTEMAS DE RECICLAJE Y RETORNABILIDAD
El camino hacia una Economía Circular es necesario si queremos realmente ver cambios ambientales, y en esa cadena de gestión de materiales reciclables, es importante resaltar que en países como Ecuador, Perú y la mayoría de países latinoamericanos (donde no contamos con sistemas eficientes de gestión de residuos), la poca recuperación de material reciclable que existe se da por el trabajo de las y los recicladores de base, en su mayoría no reconocido.
Por eso en ReciVeci trabajamos por acortar esa brecha con ayuda de la ReciApp, la aplicación móvil que conecta a todos los actores de la cadena de residuos, y que te permite encontrar y contactar a recicladores/as de base que recuperen material reciclable o retornable por tu zona. Así fomentamos la separación de residuos desde la fuente (casas, oficinas, empresas), y promovemos la entrega directa y clasificada de material reciclable sin que ellos/as tengan que minar en basura.
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Si quieres saber más sobre la Economía Circular, visita la página de la Fundación Ellen McArthur.